Ay que ver cómo nos gusta a los fotógrafos la hora dorada.
Siempre que vamos a fotografiar un atardecer, estamos ansiosos esperando a ese momento de luz mágico donde todo se viste de color dorado cuando el Sol ya empieza a esconderse.
Normalmente vamos con tiempo y con una idea bastante clara de lo que queremos fotografiar, ya que este esperado momento dura alrededor de media hora.
Entre lavandas
Hay veces, que llevamos una idea clara en la cabeza, pero en el momento de realizar la toma no lo vemos tan claro.
Esto me ocurrió en un campo de lavandas. En este lugar no había estado, y aunque fui con tiempo, estaba tan bonito que intenté hacer planos amplios con el angular, pero no fui capaz de plasmar todo lo que yo veía.
Cuando me ocurre esto, suelo centrarme en los detalles y en dejarme llevar por el momento. En esta ocasión fui sola como fotógrafa y, sin darme cuenta, me metí tanto en las tomas que fue como que me hubiera ido a otro planeta.
Primeros planos
Si me llevas tiempo leyendo sabes que en estas situaciones lo de tirarme al suelo es lo más habitual. Intentar captar ángulos que no vemos a simple vista es lo que me gusta.

Los contraluces con el Sol en el encuadre me encantan, ya que acompañado de un balance de blancos cálido, nos ayuda a crear y enfatizar ese momento mágico.

Otro momentazo que me flipa es cuando el Sol ya está en el horizonte y generar el famoso Sun start cerrando el diafragma.


Un poquito más angular
Después de centrarme en los detalles hice varias tomas más amplias y sólo me he quedado con una.
Me gusta por el Sol centrado, las nubes y el desenfoque de primer plano.

Una tarde donde sentí volar acompañada por un agradable olor a lavanda.
Nos vemos la próxima semana.
Felices fotos.
Me encanta la hora dorada, y que difícil es mostrar toda la belleza que tenemos antes nuestros ojos!!
Y tanto Manu, es complejo plasmarlo pero no hay que dejar de intentarlo… y mientras tanto, lo disfrutamos.
Un saludo.