¡Qué momentazo! Creo que después de las auroras boreales es lo más impresionante que he visto. En unas líneas más adelante entenderás por qué.
Vatnajökull
Sin duda el día prometía… era momento de ir a visitar el glaciar Vatnajökull, el más grande de Europa en volumen (3000 km3) y el segundo en área (150 km de Este a Oeste y 100 km de Norte a Sur) y fue toda una experiencia.
Tuvimos que dejar nuestras furgonetas aparcadas para montarnos en este pedazo de vehículo ya preparados con nuestros cascos y frontales.
El viaje atravesando el Glaciar fue una locura…. ¡¡parecía que estábamos en la luna!! El trayecto con un movimiento bastante importante debido a las grietas del glaciar, donde el conductor inflaba o desinflaba los neumáticos dependiendo del momento.
Cueva azul
La primera parada fue en la cueva de hielo azul. Allí con los crampones ya puestos, nada más bajar del coche me encontré con esta estampa.

Esta foto, como todas las realizadas con nieve, está ligeramente sobre expuesta para asegurarnos de que la nieve salga blanca.
Llegó el momento de acceder a la cueva de hielo, y creo que lo mejor es dejarte con el vídeo que grabé en su interior alucinando con todo lo que veía. He de decirte, que me costó un rato hacer fotos y grabar, porque no podía parar de mirar para todos los lados.
Como has visto estaba abrumada con todo lo que tenía alrededor…..
Una vez que me centré y pasé ese estado de síndrome de Sthendhal, pude realizar las fotografías.
Para que la toma tuviera sentido decidimos meter a un modelo en nuestro encuadre en un par de zonas donde había más luz.


Ambas están con un iso elevado para poder disparar sin trepidaciones a pulso, ya que el trípode no lo llevé.
Aquello era un no parar de mirar y alucinar por todos los lados.

A veces me ocurre que estoy tan desbordada con el entorno que me cuesta ver la foto que quiero hacer. Cuando estoy con esa «crisis» me suelo pasar a los detalles, paso un poco de la visión angular y general, a la visión más directa y aislada.
Este fotografía está hecha hacia el techo aislando así todo lo que me rodeaba.

Para detalles más preciosos cambié mi objetivo por mi adorado 24mm pancake, aquí te hablo largo y tendido sobre él , y realicé esta toma con esta formación tan curiosa.

Una pasada ¿verdad? Para terminar te dejo con una foto que me realizó un compañero en plena acción dentro de la cueva.

Y esta que refleja perfectamente lo feliz que estaba allí. Gracias a David Espada que estaba preparado para la salida de la cueva.

Eso de que una imagen vale más que mil palabras creo que está claro ¿no crees?
La semana que viene ¡nos vemos! Felices fotos.
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